Por más pequeño y homogéneo que pueda ser Finlandia, su éxito reiterado en el ranking de educación nacional indica que existen por lo menos algunas lecciones que otros países pueden aprender.
Por un lado, el país nórdico pone mucho énfasis en la educación temprana. Antes de que los niños finlandeses aprendan las tablas de multiplicar, sencillamente aprenden cómo ser niños: cómo jugar unos con otros, cómo sanar las heridas emocionales.
Incluso a medida que los niños crecen, el país realiza un esfuerzo concertado para encaminarlos hacia el éxito.
Aquí presentamos algunas de las razones por las que Finlandia lleva la delantera en educación global.

1. La competencia no es tan importante como la cooperación

Finlandia ha descubierto que la competencia entre escuelas no logra que los niños lleguen tan lejos como lo hace la cooperación entre esas escuelas.
Una de las razones es que Finlandia no tiene escuelas privadas. Todas las instituciones académicas del país se financian con fondos públicos. Los maestros están capacitados para generar sus propios exámenes en lugar de usar exámenes estandarizados.
«No existe una palabra para la rendición de cuentas en Finlandia», dijo una vez el experto en educación Pasi Sahlberg a una audiencia en el Teachers College de la Universidad de Columbia. Se confía en que los maestros hagan las cosas bien sin la motivación de la competencia.
Y eso es porque…

2. La enseñanza es una de las profesiones más respetadas

Los profesores no están mal pagados en Finlandia como en Estados Unidos. De hecho son muy valorados, ya que Finlandia invierte mucho en la infancia como la base para el desarrollo de toda la vida.
Para convertirse en profesor en Finlandia, es necesario que los candidatos antes reciban por lo menos su maestría y completen el equivalente a un programa de residencia de las escuelas de medicina de EE. UU. Los futuros profesores a menudo enseñan en escuelas primarias asociadas a una universidad.
El resultado: se puede contar con que los maestros conocen la mejor investigación pedagógica existente sobre educación.

3. Finlandia presta atención a la investigación

En Estados Unidos, los estudios de investigación que analizan los modelos que funcionan y los que no en el aula suelen quedar atascados en el fango de la política de la junta escolar local. Los padres sostienen que ciertas políticas no son «correctas» para sus hijos.
En Finlandia, las investigaciones no tienen ese bagaje político. El gobierno toma sus decisiones de política educativa basado casi exclusivamente en la eficacia: si los datos muestran mejoras, el Ministerio de Educación y Cultura federal lo pondrá a prueba.
«En general, la educación en Estados Unidos es mucho más política que en Finlandia, en donde es más un tema profesional», dijo Sahlberg a Business Insider.
En resumen, Finlandia sabe cómo hacer las cosas.

4. Finlandia no tiene miedo de experimentar

Una gran ventaja de prestar atención a la investigación es que no se depende de fuerzas externas, como el dinero y la influencia política. En Finlandia, se alienta a que los profesores creen sus propios minilaboratorios de estilos de enseñanza, a mantener lo que funciona y desechar lo que no funciona.
Es una lección para Estados Unidos: una actitud vanguardista en los estratos superiores puede llevar a los maestros a ser creativos.

5. El juego es sagrado

En comparación con EE. UU., en donde durante las últimas dos décadas el tiempo de recreo ha ido disminuyendo en las guarderías, la legislación finlandesa exige que los maestros les den a los estudiantes 15 minutos de juego por cada 45 minutos de instrucción.
La política se desprende de la creencia profunda, casi de libro de cuentos, de Finlandia de que los niños deben permanecer niños durante el mayor tiempo posible. No es su trabajo crecer rápidamente y convertirse en memorizadores y examinados.
Los resultados hablan por sí mismos: estudio tras estudio, se ha llegado a la conclusión de que los estudiantes que reciben al menos un receso diario de 15 minutos o más se comportan mejor en la escuela y se desempeñan mejor en las tareas.

6. Los niños tienen muy poca tarea

A pesar de todas las cosas que las escuelas finlandesas ofrecen a los niños, lo que parecen faltar es la tarea. Muchos niños reciben solo una pequeña cantidad cada noche.
La filosofía proviene de un nivel de confianza mutuo compartido por las escuelas, los maestros y los padres.
Los padres dan por sentado que los maestros han cubierto la mayor parte de lo necesario durante el día escolar, y las escuelas suponen lo mismo. Todas las partes implicadas a menudo consideran que el trabajo extra es innecesario.
El tiempo en casa está reservado para la familia, en donde las únicas lecciones que los niños aprenden son sobre la vida.

7. El preescolar es de alta calidad y universal

Muchos niños estadounidenses solo cuentan con preescolar como única oportunidad para desplegar su imaginación, ensuciarse y jugar. El problema es que con frecuencia se espera que los padres paguen por esa educación temprana, lo que establece diferencias que podrían durar hasta los últimos años del niño.
En Finlandia, los padres tienen todo garantizado. El preescolar y la guardería son universales hasta la edad de 7 años, y más del 97 % de los niños de entre 3 y 6 años de edad disfrutan de al menos uno de ellos, informa NPR.
Sin embargo, es más que eso: los preescolares son buenos. Coordinan sus planes de estudio entre sí y preparan a los niños de manera similar. Cuando los niños comienzan a recibir el trabajo propiamente dicho, los padres pueden tener la seguridad de que, en otras partes de la ciudad, se están enseñando las mismas lecciones. Articulo tomado de: World Economic Forum [powr-comments id=dab323f7_1532602561823]