Adiós al teletrabajo, hola al empleo inteligente
Javier Cortés
Olivia López Bueno
El rol de los empleados en el entorno digital no debería tener nada que ver con el de hace unas décadas
“El teletrabajo ha hecho mucho daño. Las organizaciones no han entendido el concepto y lo han utilizado mal, por eso algunas han dado marcha atrás en los modelos que habían implantado. Ahora deben apostar por el smartworking”. Así de confiado se muestra Andrés Ortega, responsable de talento en ING, sobre una moderna práctica empresarial que empieza a ser tendencia.
El trabajo inteligente tiene lugar cuando una empresa es capaz de crear un ecosistema que permita a los profesionales decidir en función de su ocupación dónde van a llevar a cabo cada tipo de tarea. La decisión debe ser del empleado, a quien se le presupone un nivel de madurez profesional suficiente como para valorar qué reuniones deben ser presenciales y en cuáles puede estar virtualmente.
“De esta manera las compañías crecen en eficacia y productividad a través de la tecnología: poniendo el poder en manos de sus trabajadores”, expuso durante un coloquio sobre el puesto de trabajo digital en el Sage Summit 2017, que se celebró en Ifema, en Madrid. “Debemos flexibilizar la autonomía de las personas más que los propios horarios, y para eso necesitamos dejar de penalizar al empleado que trabaja desde casa y de premiar al que esté calentando la silla”.
La implementación del trabajo a distancia en España es un proceso lento. Un 7% de los empleados ejerce el teletrabajo y solo un 13% de las empresas lo ofrece, según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo y Eurofound. Con la existencia del correo electrónico, las videoconferencias o soluciones en la nube, pocas excusas justifican la imposición del presencialismo en las oficinas. “El puesto de trabajo ya no está acotado”, explica Melchor Sanz, director de preventa en HP. “No empieza y termina donde está la persona; es el propio desempeño profesional del trabajador”.
Las empresas son más eficaces cuando ponen el poder en manos de sus trabajadores
Andrés Ortega, Head of Talent en ING
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